Entre en el convento esperando redimirme de mis vicios y llevar una vida sencilla y santa, y me encontré que las monjas del convento eran peores que yo misma y sufrí en mis carnes la firmeza de mis superioras para ser sometida y convertida en una dulce y sumisa novicia solicita en cualquier momento ante los vicios de mis superioras.
Y llegó el día en que debía pasar de dulce y sumisa novicia a sumisa hermana de la orden con la ceremonia de consagración bajo la atenta supervisión de la priora de la orden.
Y llegó el día en que debía pasar de dulce y sumisa novicia a sumisa hermana de la orden con la ceremonia de consagración bajo la atenta supervisión de la priora de la orden.
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